Donald Trump pone fin a las negociaciones comerciales con Canadá tras polémico anuncio publicitario

El mandatario estadounidense informó que cancela todas las conversaciones comerciales al acusar a Ottawa de difundir un anuncio con Ronald Reagan que, según él, manipulaba información sobre aranceles; la ruptura marca un nuevo capítulo en las crecientes fricciones entre ambas naciones.


Un quiebre inesperado en el comercio bilateral

El presidente Donald Trump anunció el jueves que todas las negociaciones comerciales con Canadá quedan por la presente terminadas.
El detonante fue un spot televisivo financiado por el gobierno de la provincia de Ontario que presentaba al expresidente Ronald Reagan criticando los aranceles. Trump lo calificó de fraudulento y aseguró que esa pieza publicitaria buscaba influir en decisiones judiciales dentro de Estados Unidos.


Antecedentes y contexto de la tensión

La relación comercial entre ambos países ya enfrentaba tensiones desde la imposición de tarifas elevadas al acero, aluminio y automóviles canadienses, lo que generó represalias desde Ottawa.
El anuncio de Ontario, valuado en unos 75 000 dólares, utilizó audio y video de Reagan de 1987 sin permiso, lo que aumentó la molestia de la administración estadounidense.


Reacción de Canadá y posibles repercusiones

El primer ministro canadiense, Mark Carney, afirmó que su país no aceptará un acceso injusto al mercado si las negociaciones continúan estancadas.
La interrupción llega justo cuando se aproxima la revisión del tratado comercial trilateral T-MEC prevista para 2026, lo que incrementa la incertidumbre sobre el futuro del comercio en Norteamérica.


Impacto económico y político

La decisión de Trump podría tener efectos sustanciales: más de tres cuartas partes de las exportaciones canadienses se dirigen a Estados Unidos, y diariamente se cruzan al menos 2.7 mil millones de dólares en bienes y servicios entre ambos países.
Desde el punto de vista político, la ruptura refuerza la imagen proteccionista del gobierno estadounidense y abre la puerta a mayores tensiones sectoriales especialmente en los sectores automotriz y metalúrgico con implicaciones para la cadena de suministro norteamericana.