Los habitantes permanecen sin luz, sin teléfono, sin agua corriente y prácticamente sin ayuda institucional
Inundaciones que anegan colonias enteras
Desde que las lluvias provocaron el desbordamiento del agua, decenas de colonias en Álamo siguen bajo el agua. Las calles se han convertido en ríos, y las coladeras ya no dan abasto. En algunas zonas, el nivel del agua alcanzó hasta tres metros y medio dentro de viviendas.
Los habitantes luchan por regresar a la normalidad: intentan rescatar pertenencias, limpiar el lodo acumulado y buscar agua potable. Sin embargo, los encharcamientos persisten y el drenaje no ha podido desfogar adecuadamente el líquido estancado.
Un corte de servicios que paraliza la vida diaria
La inundación dejó sin electricidad, sin agua potable y sin señal telefónica ni de internet a muchos sectores del municipio. Frente a ello, residentes denunciaron que no han recibido apoyo efectivo por parte de las autoridades locales ni estatales.
Los uniformados pasan por la carretera, pero aquí prácticamente no ha habido ayuda, declaró uno de los afectados, mientras ayudaba a limpiar su casa en la colonia Heroica.
La lenta llegada de auxilios
A pesar de las críticas por la falta de apoyo, ha habido movilización institucional. Se han desplegado brigadas de voluntarios locales que reparte agua, alimentos y ropa a los damnificados. También se enviaron elementos de la Marina, Guardia Nacional y Ejército a zonas inundadas.
Además, la Secretaría de Defensa envió dos aviones con despensas y agua embotellada para atender áreas de Veracruz que están incomunicadas. Las operaciones buscan aliviar la emergencia, aunque el acceso terrestre sigue limitado por los daños en caminos y puentes.
El reclamo de una comunidad olvidada
Los vecinos del municipio expresan indignación y desesperación. Acusan que las autoridades brillan por su ausencia y que ellos mismos han tenido que asumir la labor de rescate y socorro. En redes sociales y medios locales, se multiplican los llamados de auxilio y denuncias sobre la falta de coordinación institucional.
Mientras tanto, la población continúa atrapada entre el agua, la oscuridad y la incertidumbre.