Calles de Iztacalco reflejan el abandono de la alcaldesa Lourdes Paz

Pese a ser una de las alcaldías con mayor movimiento comercial y conexión con el Estado de México, Iztacalco padece un visible abandono en la infraestructura y servicios básicos. 

Una alcaldía clave, pero olvidada

Iztacalco es una de las zonas más transitadas de la Ciudad de México, al funcionar como un punto estratégico que conecta la capital con el Estado de México. Además, alberga un alto nivel de comercio independiente, lo que la convierte en una de las alcaldías que más ingresos generan.
Sin embargo, esa vitalidad económica contrasta con el deterioro de sus calles, banquetas y servicios públicos, lo que ha despertado el malestar de los vecinos que sienten que su contribución no se ve reflejada en mejoras reales.

El descuido visible

En colonias como Agrícola Pantitlán y Agrícola Oriental, los baches, hundimientos y escombros se han vuelto parte del paisaje cotidiano.
Los habitantes describen sus calles como zonas de guerra, donde los autos sufren daños constantes y los peatones sobre todo adultos mayores se enfrentan al riesgo de caer en los tramos rotos o sin mantenimiento.

Una alcaldesa ausente

La alcaldesa Lourdes Paz Reyes llegó con promesas de movilidad transformada e infraestructura de vanguardia, pero la realidad es otra: obras inconclusas, drenajes colapsados, falta de mantenimiento y una gestión que parece ausente.
Vecinos denuncian que, pese a reportar los daños en múltiples ocasiones, las autoridades no responden. Incluso, algunos ciudadanos que intentaron tapar baches por cuenta propia aseguran haber recibido advertencias de parte de la policía local.

Movilidad y riesgo ciudadanos

En calles como Agua Caliente, los automovilistas enfrentan el abandono con suspensiones rotas, llantas ponchadas y gastos imprevistos.
Mientras tanto, los peatones deben sortear obstáculos, aceras fracturadas y la ausencia de iluminación, lo que incrementa los accidentes y la sensación de inseguridad.

Las promesas que quedaron en palabra

En septiembre, la alcaldía anunció un plan de bacheo masivo con tecnología de vanguardia para mejorar las vialidades. Sin embargo, a la fecha, las obras no se han concretado.
En lugar de atender las quejas, la administración ha sido señalada por intimidar a los vecinos que buscan mejorar su entorno de manera independiente.

Una demanda urgente

Los habitantes de Iztacalco no piden grandes obras: exigen calles seguras, alumbrado funcional y atención constante. Pero la administración actual parece haber olvidado que detrás de cada calle rota hay una historia, un negocio afectado y un ciudadano que exige ser escuchado.


La Iztacalco trabajadora y comerciante sigue generando ingresos para la ciudad, pero sus calles cuentan otra historia: una de abandono, desinterés y promesas incumplidas.