Investigadores alertan sobre riesgos ecológicos y económicos
Alrededor de 200 especies acuáticas con potencial invasor han sido identificadas en ecosistemas de aguas continentales, lagunas costeras y zonas litorales de México, advirtió Yuri Okolodkov, investigador del Instituto de Ciencias Marinas y Pesquerías de la Universidad Veracruzana. Según explicó, estas especies representan una amenaza para la biodiversidad y el equilibrio de las comunidades naturales.
Especies problemáticas y formas de propagación
En un estudio realizado en 2007, Okolodkov identificó tres especies particularmente preocupantes: el pez león (Pterois volitans), presente en el Golfo de México; la medusa Cassiopea, que afecta manglares y lagunas costeras; y la macroalga verde Caulerpa taxifolia, conocida por su rápida expansión.
Estas especies invasoras se dispersan a través de medios naturales, como corrientes marinas o aves migratorias, pero también por actividades humanas. Entre estas destacan el uso del agua de lastre en barcos, la acumulación de organismos en los cascos de las embarcaciones y la liberación irresponsable de especies exóticas por parte de particulares.
Consecuencias ecológicas y económicas
Morelia Camacho Cervantes, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, subrayó que estas invasiones alteran los ecosistemas y generan impactos negativos que incluyen la pérdida de biodiversidad, afectaciones a la pesca, problemas económicos e incluso riesgos para la salud pública.
El pez león, por ejemplo, depreda peces juveniles de importancia comercial y ecológica en los arrecifes, reduciendo las poblaciones nativas y afectando la actividad pesquera.
Medidas de prevención aún insuficientes
Ambos especialistas coincidieron en que las medidas de control en México son todavía incipientes. La Secretaría de Marina regula el manejo de especies invasoras a través de protocolos para la limpieza de embarcaciones y el uso de pintura antincrustante, pero estas normas están en constante revisión y no se aplican de manera uniforme en los 118 puertos del país.
Desde 2017, México ha firmado acuerdos internacionales para el control del agua de lastre, sin embargo, aún carece de lineamientos específicos aplicables a todos los puertos y terminales marítimas.
Lecciones internacionales y desafíos nacionales
Camacho Cervantes señaló que otros países, como Ecuador, han implementado controles más estrictos, especialmente en áreas sensibles como las Islas Galápagos, donde se restringe el ingreso de embarcaciones que no cumplen con los estándares de limpieza.
Por su parte, Okolodkov destacó que uno de los principales obstáculos en México es la falta de conocimiento sobre la flora y fauna marina local, lo que dificulta identificar cuándo una especie es invasora.
Llamado a fortalecer la investigación y la educación
Ambos investigadores subrayaron la necesidad de fortalecer la labor de los taxónomos y ampliar la investigación marina en México. Además, coincidieron en que es crucial capacitar a personal portuario, prestadores de servicios turísticos y comunidades locales para identificar y reportar especies invasoras.
Como ejemplo exitoso, mencionaron el caso de Australia, donde la detección temprana del mejillón Mytilopsis sallei permitió una intervención eficaz en puertos deportivos.
Las personas en contacto con estos ecosistemas deben tener el conocimiento necesario para identificar animales invasores y tomar medidas adecuadas, concluyó Camacho Cervantes.